miércoles, 13 de diciembre de 2006

“Conducta sexual en jóvenes de escasos recursos socio económicos, en espacios simbólicos asociados”. Por Andrés Aldunate y María Teresa Bravo.


1-. Introducción.

La sexualidad, desde siempre, independiente de todos aquellos juicios valóricos que se le han atribuido a lo largo de la historia, independiente también de los contextos socio culturales y de las épocas en que dicho tema a experimentado un supuesto “destape”, ha sido considerada como una dimensión de la vida, inherente a lo humano, en donde algunas de sus manifestaciones, específicamente, el acto sexual, son centrales para la mantención y sobrevivencia de la especie.

Aquel destape al cual se hace mención en el párrafo anterior, referido a la sexualidad y a todos sus temas relacionados, en la actualidad se manifiesta de una manera bastante paradójica, en términos de que es una realidad asumida por todos, el hecho de que la vida sexual está hoy presente en todos los sectores y grupos etarios de nuestra sociedad, pero al mismo tiempo no existen las instancias reales y efectivas para que los jóvenes, por ejemplo, obtengan información útil respecto de cómo deben o mas bien, cómo pueden vivir su sexualidad.

Es importante destacar, que pese a la evidente importancia y trascendencia que el tema de la sexualidad y de la “vida sexual” representa para todos los individuos que forman parte de la sociedad, la problemática presentada en los párrafos anteriores se manifiesta particularmente, y con gran intensidad, en un grupo etario específico, “los adolescentes”.

La adolescencia, por definición, es una etapa de la vida en donde se presentan conflictos importantes y decisivos para el posterior desarrollo de los sujetos. Los adolescentes, a cierta edad, han dejado de ser niños para ubicarse en un estado de espera, en donde llegarán a convertirse en adultos… están entonces en un período intermedio, entre la niñez y la adultez. (Harré y Lamb, 1990). Independiente de todas las definiciones teóricas que existen respecto de la adolescencia, de sus conflictos y problemáticas, es innegable que la sexualidad, junto con una persistente búsqueda de la identidad, son temas que surgen con gran potencia, en donde una gran cantidad de inquietudes, y de “ganas de conocer”, son probablemente unos de los rasgos más característicos de dicha etapa del desarrollo humano. (Harré y Lamb, 1990).

El hecho de que la sociedad, considere a los adolescentes, como a un grupo en que pese a haber dejado de ser niños, todavía no se constituyen como adultos (Harré y Lamb, 1990), tiene clara relación con el tipo de responsabilidades y derechos que se les otorgan, los que se caracterizan por una imperante ambigüedad, en términos de que sus opiniones, son solo a veces escuchadas y respetadas, pero en muchas otras ocasiones, eso no ocurre. Los adolescentes entonces, deberán buscar, y hasta inventar, instancias y estrategias para resolver las inquietudes propias de la edad, en donde la manifestación de la sexualidad se ve permanentemente coartada por la sociedad, ya que pese a ser un tema considerado natural en los individuos, a los jóvenes, se les priva de tiempos y espacios reales, para llevar a cabo su vida sexual. Todas esas instancias y estrategias, como así los lugares en que los jóvenes de manera “ilícita” (a ojos de la sociedad) llevan a cabo su sexualidad, serán la temática central de la presente investigación.

La manifestación de la sexualidad en los adolescentes, no solo se verá limitada por las características propias de la edad, fenómeno que ha sido introducido en los párrafos anteriores, sino que los distintos recursos socio económicos, también serán un factor diferenciador del cómo es que se expresa la vida sexual en dichos grupos. Observando entonces que los jóvenes, pertenecientes a ciertos sectores de la sociedad, específicamente a aquellos mas acomodados o con mayor accesibilidad económica, podrán experimentar su sexualidad en lugares o espacios “físicos” de carácter mas institucionalizados y legalizados, en los que el requerimiento económico es evidente. Por otro lado, es posible al menos suponer, que los jóvenes que no dispongan de dichos recursos, solo podrán expresar su sexualidad en espacios físicos en donde las prácticas asociadas a ésta son hasta penadas por la ley, como ocurre por ejemplo en el caso de las plazas, cerros, miradores, lugares mas desolados, etc. en donde la connotación asociada a lo sexual, es evidentemente negativa. Lo recién expuesto tiene clara relación con las condiciones de vida propias de cada uno de los sectores mencionados, ya que en los sectores mas acomodados, las posibles repercusiones, asociadas al ser sorprendidos realizando cualquier tipo de conducta sexual, tienen una relación mas evidente con lo moral que con lo legal, ya que por lo general estos jóvenes contarán con los recursos necesarios como para salir de dicha situación, mientras que por otro lado, en los sectores mas desfavorecidos, la reprimenda legal es prácticamente el único camino a considerar.

A modo de síntesis, se considera que la vida sexual de los individuos es algo “humano” y “natural”, al menos a nivel teórico, ya que se presenta una clara contradicción en el discurso social, al observar que los jóvenes, en su gran mayoría, no encuentran ni los tiempos ni los espacios para manifestar ese algo “supuestamente tan humano y natural”, debiendo así asociar distintos entornos de manera simbólica a la expresión de la vida sexual, estando dichos entornos determinados también en gran medida, a las posibilidades socio económicas que estos adolescentes posean.

2-. Antecedentes.

El Instituto Nacional de la Juventud, en el año 2000 realizó una encuesta respecto de la sexualidad en las y los jóvenes chilenos, en donde destacamos, en relación con los objetivos de la presente investigación, los siguientes resultados:

a-. El 73.8% de los jóvenes ha tenido relaciones sexuales.

b-. El 62.6% inició su vida sexual entre los 15 y 18 años. El 13.7% antes de esa edad y el 19.7% entre los 19 y 24 años.

c-. Aumentan los que dicen que se puede tener relaciones sexuales sin amor o compromiso en la pareja. Los que plantean que sólo es necesario el deseo de ambos, crecieron de un 37% en 1997 a un 50,7% en el 2000.

d-. El tema de la cantidad está directamente relacionado con la edad. Los jóvenes de menor edad son los que tienen una menor frecuencia de relaciones sexuales, debido a que no cuentan con espacios propios y adecuados para vivir una sexualidad plena. Por el contrario, en la medida que los jóvenes consiguen cierto grado de independencia, la calidad y la cantidad de sus relaciones aumenta.

Del estudio nacional del comportamiento sexual, realizado el año 2000, por el Ministerio de Salud del Gobierno de Chile, junto a la Comisión nacional del SIDA, plantean:

a-. En la actualidad existe en toda América Latina una tendencia a una mayor liberalización de las prácticas sexuales de la población en general y de los adolescentes en particular.

b-. En cuanto a la situación de la sociedad Chilena, en particular, se reconoce la existencia de un creciente aumento en la “liberalidad sexual” de sus habitantes, iniciadas por diversos antecedentes, tales como la percepción de la iniciación sexual juvenil mas temprana, especialmente entre las mujeres.

c-. Según Palma (1998); en 1991 un 42% de los jóvenes declara tener actividad sexual, en tanto, en 1996 lo hace un 55%; es decir, en el curso de esos cinco años aumenta en un 25% el número de jóvenes sexualmente activos. Ello, sin embargo, es particularmente significativo en la mujeres jóvenes, que experimentan una tasa de crecimiento de 45.3%. Así mismo, mientras la edad de la primera relación sexual ha permanecido relativamente estable entre los hombres: 16.4 años en 1991 y 16.1 años en 1996, en las mujeres a disminuido significativamente: 18.9 años en 1991 y 16.8 años en 1996”.

d-. Existe un cambio en la percepción social de la sexualidad que, especialmente en los últimos años, es tematizada por el sentido común como un fenómeno en tránsito, reconociéndose en este nivel que se ha observado una serie de modificaciones importantes, siendo quizás la mas relevante aquella relativa a la mayor posibilidad social de hablar mas abiertamente de sexualidad, posibilidad que se expresa con especial énfasis entre los jóvenes.

e-. La sociedad Chilena parece caracterizarse en la actualidad por la existencia de contradicciones o, a lo menos, de discontinuidades en los discursos relacionados con la sexualidad; pudiendo distinguirse al menos un quiebre generacional, en estrecha asociación con las transformaciones político culturales que derivan de la liberalización y apertura de la economía nacional y en tensión con interés políticos, religiosos e ideológicos que resisten un libre e informado debate sobre la sexualidad en Chile.

Respecto de lo anterior, Palma (1998) plantea que las generaciones juveniles de los ´90 aparecen desprovistas de un discurso articulado y coherente respecto de la sexualidad y del cambio cultural.

f-. La iniciación sexual es más tardía en las personas con mayor nivel de instrucción, lo que aparece particularmente marcado en las mujeres. Complementariamente, se constata que las jóvenes de menor escolaridad son a su vez más precoses, lo que aparece particularmente marcado en las nuevas generaciones. La mitad de quienes no han superado el primer ciclo de instrucción (educación básica), se iniciaron antes de cumplir los 16 años de edad, sugiriendo una estrecha relación entre deserción escolar y precocidad (en términos de una iniciación sexual más temprana que sus pares de edad).

3-. Pregunta de investigación.

¿Cómo se manifiesta la conducta sexual en jóvenes de 14 a 20 años, de escasos recursos de las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida, en espacios simbólicos asociados, y que características deben de cumplir dichos espacios, para ser asociados simbólicamente a la conducta sexual?

4-. Objetivos de la investigación.

4.1-. Objetivos generales.

- Describir los tipos de conductas o prácticas sexuales en jóvenes de 14 a 20 años, de escasos recursos, en las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida.

- Describir las características físicas de los espacios simbólicos asociados a la conducta sexual del grupo anteriormente descrito.

- Describir la percepción que tienen los jóvenes de escasos recursos de 14 a 20 años, de las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida, respecto de la sexualidad y del acto sexual.

4.2-. Objetivos específicos.

- Establecer si es que existen diferencias en la conducta sexual de jóvenes de 14 a 20 años de escasos recursos entre las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida, en términos de la frecuencia de dicha conducta y de las prácticas asociadas.

- Establecer si es que existen diferencias en la conducta sexual de jóvenes de 14 a 20 años de escasos recursos de las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida, entre hombre y mujeres, en términos de la frecuencia de dicha conducta y de las prácticas asociadas.

- Establecer si es que existen diferencias en las características físicas de los espacios simbólicamente asociados a la conducta sexual, entre las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida.

- Establecer si es que existen diferencias en la percepción que tienen los hombres y mujeres de escasos recursos de 14 a 20 años, de las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida, respecto de la sexualidad y del acto sexual en dichos espacios simbólicos asociados.

5-. Marco Teórico.

Tomando en cuenta la naturaleza de la temática central de la presente investigación, la revisión teórica que se presentará a continuación, enfatizarán las cuatro dimensiones centrales de la problemática en cuestión, siendo éstas; los adolescentes y la sexualidad, la construcción social de la sexualidad, los aspectos relacionados a la escasez de recursos socio económicos, y por último, los espacios simbólicos asociados.

5.1-. Adolescencia y sexualidad.

La adolescencia es el período de crecimiento y desarrollo humano que transcurre entre la pubertad y la edad juvenil. Su aparición está señalada por la pubertad, pero la aparición de este fenómeno biológico es solamente el comienzo de un proceso continuo y más general, tanto en el plano somático como en el psíquico, y que prosigue por varios años hasta la formación completa del adulto. Aparte del aspecto biológico de este fenómeno, las transformaciones psíquicas están profundamente influenciadas por el ambiente social y cultural. También es un periodo vital de transición entre la infancia y la edad adulta (...). La adolescencia es tanto una construcción social como un atributo del individuo. (Harré y Lamb, 1990).

Este período abarca desde cambios biológicos hasta cambios de conducta y status social, dificultando de esta manera precisar sus límites de manera exacta. (Hamel y Cols. 1985).

El intervalo temporal en que transcurre comienza aproximadamente desde los 11 ó 12 años y se extiende hasta los 18 ó 20. Sin embargo no podemos equiparar a un niño de 13 con uno de 18 años; por ello hablaremos de “adolescencia temprana” entre los 11 y 14 años (que coincide con la pubertad), y luego de un segundo periodo de “juventud” o “adolescencia tardía” entre los 15 y 20 años; su prolongación hasta llegar a la adultez, dependerá de factores sociales, culturales, ambientales, así como de la adaptación personal. (Marquez L., Phillippi A. 1995).

Los adolescentes afrontan una amplia gama de requerimientos psicosociales: independización de los padres, consolidación de las cualidades necesarias para relacionarse con los compañeros de la misma edad, incorporación de una serie de principios éticos aplicables a la realidad práctica, fomento de las capacidades intelectuales y adquisición de una responsabilidad social e individual básica, por nombrar sólo algunos. Pero a la vez que el adolescente se encara con tan compleja sucesión de dificultades concernientes a su evolución conjunta como ser humano, debe dirimir su sexualidad aprendiendo el modo de adaptarse a los cambiantes sentimientos sexuales, escogiendo cómo participar en las diversas clases de actividad sexual, descubriendo la manera de identificar el amor y asimilando los necesarios conocimientos para impedir que se produzca un embarazo no deseado. No es extraño que en ocasiones el adolescente sea víctima de conflictos, sufrimiento y desconcierto. (Offer y Offer, 1975).

Por otro lado, la adolescencia también es una etapa de hallazgo y eclosión; una época en que la maduración intelectual y emocional corre paralela con el desarrollo físico y genera una libertad y un creciente apasionamiento vital. La adolescencia no es únicamente un periodo de turbulencia y agitación, como suelen plantear las concepciones tradicionales, sino que, a la vez, suele ser una fase de goce y felicidad que marca el tránsito agitado y tumultuoso al estado adulto (Offer y Offer, 1975).

Es posible hacer alusión también a diversos aspectos psicosexuales de la adolescencia, destacando dentro de éstos a los siguientes;

- Fantasías sexuales; los sueños y las fantasías sexuales se tornan más frecuentes y explícitos en la adolescencia, muchas veces como elemento auxiliar de la masturbación. Parece ser que la fantasía, en el marco de la adolescencia, cumple varios cometidos: realza por lo general el placer de la actividad sexual; puede sustituir a una experiencia real (pero inasequible); origina excitación o provoca el orgasmo; constituye una especie de plataforma de ensayo mental de cara a ulteriores situaciones sexuales (aumentando la tranquilidad y anticipándose a posibles problemas, igual que ocurre con el ensayo de cualquier otra actividad) y, en fin, supone un medio de experimentación sexual sin riesgos, controlable y nada conmocionante. La experiencia del adolescente, en cuanto a la exploración del alcance y aplicabilidad de las fantasías, repercute decididamente en su actividad sexual y en la propia seguridad a la hora de desempeñarse sexualmente en fases posteriores. (Octavio Giraldo, 1988).

- Independencia; a medida que el adolescente pugna por consolidar un sentido de identidad e independencia personal con respecto a sus padres y a otras figuras autoritarias, adquieren gran importancia las relaciones recíprocas con los compañeros y compañeras de la misma o parecida edad. Así, por ejemplo, la necesidad de libertad que experimenta el adolescente se acompaña normalmente del imperativo de ser como sus amigos, por más que en ocasiones ambas exigencias sean contrapuestas o antagónicas. Las presiones del grupo de edad a que pertenece el adolescente varían según las colectividades sociales. (Feldman, 1998).

En su ansia por liberarse de la supervisión de los padres y de los adultos, algunos adolescentes ven en el sexo un medio de demostrar su aptitud para tomar decisiones propias y de enfrentarse a la escala de valores de la otra generación. Pero la conquista de esa libertad no es tarea fácil, ya que los adolescentes adquieren de un modo u otro un considerable legado sexual de sus mayores y de la generación correspondiente en el que se incluyen pautas discriminatorias hacia el sexo femenino y un intenso sentimiento de culpabilidad sexual. Han cambiado antes las actitudes que la conducta, puesto que hoy está muy extendida la idea de igualdad entre ambos sexos. No obstante, perdura en ciertos aspectos el criterio de la superioridad del varón. Aún se espera que sea éste el que tome la iniciativa sexual, y si es la mujer la que lo hace, lo más probable es que se le atribuya alguna connotación negativa. Los adolescentes no se han desembarazado de todo vestigio de problemas sexuales, mala información y desconcierto en materia de sexualidad; más bien parece que hayan sustituido determinados problemas por otro contingente de dificultades. (Octavio Giraldo, 1988).

- Reacciones de los padres; muchos adultos dan la impresión de sentirse amenazados por las pautas del adolescente en esta materia y tratan de regularlas de manera ilógica, como lo demuestra el hecho de que se pretenda a veces suprimir la educación sexual en las escuelas, restringir la información sobre métodos anticonceptivos, censurar libros y películas o, sencillamente, fingir que la sexualidad del adolescente no existe en absoluto. Por fortuna, no todos los padres adoptan una visión tan negativa de la sexualidad juvenil y en algunos casos asumen posturas más liberales. También es importante constatar que la conducta sexual del adolescente puede crear inquietud en los progenitores. A muchos padres les preocupa que sus hijos adolescentes se vean atrapados en un embarazo involuntario, conscientes de que, aun cuando él o ella dispongan de medios anticonceptivos, quizá no los sepan utilizar eficazmente en el momento preciso. (SERNAM, 1997).

Cabe señalar que en la literatura es posible identificar una gran variedad de conductas asociadas a la expresión de la sexualidad, dentro de éstas es posible mencionar;

- La masturbación; según Giraldo (1988) se ha presentado en la sociedad una marcada diferencia en cuanto a la incidencia de la masturbación en los varones y en las mujeres. No obstante, la tendencia actual indica un aumento de la masturbación en las adolescentes. La masturbación cumple en los adolescentes varias funciones de importancia, como son el alivio de la tensión sexual, el constituir una forma inocua de experimentación sexual, la mejora de la auto confianza en el desempeño sexual, el dominio de los impulsos sexuales, la mitigación de la soledad y una válvula de escape de la tensión y el estrés generales.

- Las caricias (petting); Kinsey y colaboradores (1953) las definen como el contacto físico entre varones y mujeres con miras a lograr la excitación erótica sin realizar el coito. El petting debe contemplarse a la luz de los cambios de actitud que hoy se observan en la conducta sexual del adolescente. Hoy en día los adolescentes practican una mayor cantidad de actividades sexuales a edades más temprana que en otras generaciones. (Octavio Giraldo, 1988).

- Relaciones sexuales; según el estudio nacional del comportamiento sexual (2000), éstas se refieren a la actividad sexual que sostienen dos personas, quienes realizan a lo menos una de las prácticas sexuales definidas a continuación, siendo como rasgo principal la acción penetrativa. El concepto de práctica sexual se refiere al acoplamiento corporal de dos personas. Ello supone un tipo de contacto que involucra la zona genital de al menos uno de los participantes, con lo cual se incorporan aquellas formas de acoplamientos que conllevan transmisión de fluidos sexuales. Por lo tanto las prácticas sexuales a considerar son; la práctica penetrativa vaginal (sexo vaginal), la práctica penetrativa anal (sexo anal), el cunnilingus y la fellatio, consideradas bajo la categoría de sexo oral.

Habiendo revisado lo que a consideración de los autores de la presente investigación, es relevante para ésta, en relación a los adolescentes y la sexualidad, se dará paso a la descripción teórica de la segunda dimensión de interés para el desarrollo del estudio.

5.2-. La construcción social de la sexualidad.

Haciendo referencia a los planteamientos de Jeffrey Weeks (1985), en relación con la construcción social de la sexualidad es posible decir que las posibilidades eróticas del animal humano, su capacidad de ternura, intimidad y placer nunca pueden ser expresadas ‘espontáneamente’, sin transformaciones muy complejas: se organizan en una intrincada red de creencias, conceptos y actividades sociales, en una historia compleja y cambiante.

Respecto del concepto de sexualidad, el autor hace referencia a un complejo sociocultural históricamente determinado que consiste en relaciones sociales, instituciones sociales y políticas, así como en concepciones del mundo que definen las identidades básicas de los sujetos. Contiene y supone también los roles sociales, las funciones y las actividades económicas y sociales asignadas sobre la base del sexo, a los grupos sociales y al trabajo, al erotismo, al arte, a la política y en todas las experiencias humanas. Consiste además, en el acceso y la posesión de saberes, lenguajes, conocimientos y creencias específicas, implicando rangos y posiciones con relación al poder. (Weeks, 1985).

En relación a las practicas sexuales, asociadas a la construcción social de la sexualidad, Weeks (1985) propone que las prácticas sexuales constituyen un producto histórico y social, es decir éstas son un producto altamente específico de nuestras relaciones sociales, más que una consecuencia universal de nuestra biología común. La sociedad opera como el principio indispensable de producción de conductas sexuales, y de las significaciones que les están ligadas.

La experiencia subjetiva de la vida sexual es un producto de los significados y símbolos intersubjetivos, asociados con la sexualidad en diferentes situaciones sociales y culturales. De este modo, la sexualidad es una experiencia histórica y personal, a la vez. La fisiología y la morfología del cuerpo proporcionan las condiciones previas para la sexualidad humana. Al mismo tiempo la biología condiciona y limita lo que es posible, pero no es la causa, ni el determinante principal de las formas de vida sexual. Por otro lado las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres son importantes, pero solo en sí mismas, éstas no determinan qué o quién seremos, tanto en nuestra identidad personal como social excepto por el hecho de que las sociedades tienen tradiciones e instituciones que imponen conformidad por parte de los sujetos.

Los cuerpos y la sexualidad no tienen significados intrínsecos sino que se debe concebir como un conjunto de creencias, relaciones e identidades históricamente conformadas y socialmente construidas. (Weeks, 1985).

5.3-. Escasez de recursos socio económicos.

Abarcando ahora la tercera dimensión de interés para la presente investigación, se presentará el nuevo mapa socio económico elaborado por Adimark en base a los datos del censo del 2002.

Dos variables posibilitan estimar adecuadamente el NSE (nivel socioeconómico: ABC1, C2, C3, D y E) de un hogar, a saber:

- Educación del jefe de hogar
- Tenencia de un conjunto de bienes

Al cruzar ambas variables en una matriz especialmente diseñada, se puede conocer la distribución del NSE a nivel país, regiones y comunas.

Este estudio plantea que la realidad del país, en este momento, se manifiesta de la siguiente manera;

ABC1: La educación de los jefes de hogar es de 16,2 años promedio, siendo típicamente universitaria completa. De un máximo de 10 bienes este segmento tiene 9,2 en promedio, siendo los más diferenciadores respecto del resto de los NSE la tenencia de Internet y computador. En estos hogares el rango de ingreso va entre el $1.700.000 a $3.500.000 o más.

C2: La educación de los jefes de hogar alcanza a 14 años promedio, siendo esta típicamente técnica completa o universitaria incompleta. Tiene un promedio de 7,2 de los bienes consultados, siendo los más diferenciadores la tenencia de automóvil o camioneta y TV cable. El rango de ingresos por hogar es de $600.000 a $1.200.000.

C3: La educación de los jefes de hogar alcanza a 11,6 años promedio, siendo típicamente media completa. De los 10 bienes estudiados, este segmento tiene 5,7 en promedio, siendo el más diferenciador el microondas. Los ingresos por hogar van entre los $400.000 y los $500.000.

D: La educación promedio de 7,7 años en los jefes de hogar es típicamente Media incompleta. Los hogares de este estrato tienen un rango de ingresos de $200.000 a $300.000. Los caracteriza la tenencia de bienes como TV color, lavadora y calefon.

E: La educación de los jefes de hogar es de 3,7 años promedio. De un máximo de 10 bienes, este segmento tiene 2,3, siendo los más diferenciadores del resto de los NSE la tenencia de ducha y refrigerador. El rango de ingresos por hogar es igual o menor a $160.000.

Según el sistema desarrollado por Adimark, la mayor parte de los chilenos son D (34,8%).

Existen grandes diferencias por nivel socioeconómico. Así, las familias ABC1, que son el 7,2% del país, reúnen el 32,6% del ingreso. El C2 es el 15% de las familias y representa el 26% del ingreso disponible. El C3 representa el 22% de las familias y tienen el 20% del ingreso. El D representa casi el 35% de las familias y tienen el 17% de los ingresos. El 20% de las familias del estrato E reciben el 4,8%.

Los datos entregados por el estudio realizado por Adimark, nos presentan una mirada global de la situación o contexto socio económico del país, ofreciendo así la información suficiente para realizar un corte o selección de familias en términos de sus capacidades económicas. Pese a lo anterior, para efectos de la presente investigación, aquellos grupos considerados de “escasos recursos” serán evaluados por la institución escolar a la que pertenezcan, ya que esto reflejaría algunos aspectos de la dinámica económica presente en cada una de las familias.

5.4-. Espacios simbólicos.

Respecto de la teoría que trata acerca de los espacios simbólicos, o mas bien de los espacios urbanos con determinadas simbolizaciones, es importante destacar, que los lugares presentes en nuestra sociedad son producto de la historia y reflejos de una naturaleza propia de lo humano, por lo que tanto la funcionalidad de los lugares, como su simbolización, serán el fiel reflejo de las características estructurales de la sociedad contemporánea.

Lefebvre (1971), al hablar de los espacios urbanos, distingue entre:

- Espacios unifuncionales: espacios que solo sirven para un único uso

- Espacios multifuncionales: lugares de encuentro y núcleos de vida colectiva, puntos de venta y lugares de intercambio de servicios

- Espacios transfuncionales o suprafuncionales: espacios que asumen funciones y las dotan de un carácter simbólico, estético, cultural, irreducible a la funcionalidad.

Es importante destacar respecto de lo anterior, que si bien hay lugares o espacios que para la mayor parte de la sociedad tienen o se identifican con una o determinadas funciones, ocurre, que estos mismos lugares, a ojos de distintos sectores de la sociedad, cuyas estructuras de organización difieren entre si, asociarán algunos lugares a distintas funciones del “común” (o norma). Ejemplo de lo anterior es el objetivo de la presente investigación, ya que si bien las plazas, parques, miradores y discotecas, entre otros lugares, son asociados por dicha “norma” al esparcimiento y entretención. Pese a esto, un grupo no minoritario asocia estos mismos lugares a las posibles instancias de manifestación de su vida sexual, realizando aquí las diversas prácticas sexuales mencionadas y descritas a lo largo del trabajo, prácticas que por lo demás, no son tradicionalmente asociadas a estos lugares.

Tomando en cuenta otra perspectiva que tiene estrecha relación con la simbolización de los espacios urbanos, proponemos aquella que considera un paralelo entre la construcción del self personal, la identidad social y la simbolización del espacio. (Proshansky, 1978).

Prochansky (1978), propone esta mirada respecto de la simbolización de los espacios urbanos, estableciendo que paralelamente al desarrollo de la identidad del self personal, el individuo va también desarrollando y fortaleciendo su identidad social, asumiendo determinadas categorizaciones relativas a los diferentes grupos sociales relevantes para el sujeto. Considerando lo anterior, parece correcto pensar que si determinados lugares son importantes para desarrollar la identidad de lugar como así también la estructura del self del individuo, éstos pueden convertirse en símbolos de identidad, es decir, que determinados espacios pueden tener así la propiedad de generar procesos de identificación social y pueden llegar a resultar símbolos de identidad para el grupo social. (Proshansky, 1978).

Manteniendo a la base lo propuesto por Prochansky (1978), Lalli desarrolla el concepto de “identidad urbana” (1988). Este autor destaca que para Proshansky (1978) la relación que el individuo mantiene con determinados escenarios en su vida cotidiana contribuye a formar la identidad de lugar. Por su parte Lalli considera que el vínculo psicológico con los espacios urbanos cumple, además de lo propuesto por Proshansky, otra función que va más allá de la identidad espacial y que no resulta directamente de la simbolización de las experiencias sociales. “Sentirse y definirse como residente de un determinado pueblo, barrio o ciudad implica también desmarcarse en contraste con toda la otra gente que no vive allí” (Lalli 1988).

Así pues, los pueblos, barrios o ciudades tienen su propia "imagen", que es conocida por los de a fuera y que se traduce en una serie de características o atribuciones que se extraen de sus residentes y que les dota de un cierto tipo de "personalidad". Así, "ser residente de un pueblo particular confiere un número de cualidades casi psicológicas a las personas asociadas con este pueblo" (Lalli, 1988. Pp. 305).

A modo de síntesis es posible proponer la siguiente frase de Downs y Stea (1977), respecto de la simbolización de los espacios urbanos:

"Muchos lugares tienen una identidad en el sentido de que poseen nombres que sirven como etiquetas (...). Sirven para distinguir el lugar de otros lugares, pero no dicen nada 'per se' acerca de dónde se localiza el lugar identificado en el espacio". (Downs, y Stea, D., 1977, Pp. 41).

6-. Formulación de las hipótesis.

6.1-. Hipótesis generales.

- Los jóvenes de 14 a 20 años de escasos recursos de las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida, manifiestan una vida sexual activa que se lleva a cabo en espacios abiertos, no asociados tradicionalmente a estas prácticas, pero atribuyéndoles, por parte de éstos, un significado simbólico asociado a su realización.

- La elección, por parte de los jóvenes de 14 a 20 años de las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida, de la utilización de estos espacios simbólicos asociados a la conducta sexual, se presenta en relación a sus circunstancias de escasos recursos socio económicos.

6.2-. Hipótesis específicas.

- Los espacios asociados a las prácticas de la conducta sexual presentarán características físicas similares, como el ser menos visibles, que favorezcan ciertas condiciones de “privacidad”, la ausencia de vigilancia, la historicidad (lugar tradicional de encuentro), la limpieza del lugar, etc.

- Los hombres presentarán una mayor cantidad de conductas sexuales que las mujeres, en estos espacios simbólicamente asociados.

7-. Marco Metodológico.

7.1-. Diseño de investigación.

El diseño de investigación del presente estudio es no experimental, transeccional – descriptivo, debido a que se pretende observar fenómenos tal y como se dan en su contexto natural, para después analizarlos. En el presente estudio no se construirá ninguna situación; sino que se observarán situaciones ya existentes; que se realizan sin manipulación de las variables de manera deliberada. El carácter de transeccional se debe a que se realizará la recolección de datos en un solo momento, en un tiempo único. Su propósito es describir variables y analizar su incidencia en un momento dado. Este diseño tiene como objetivo indagar la incidencia y los valores en que se manifiesta una o más variables, categorizándolo así como descriptivo. (Hernández Sampieri. 1991).

7.2-. Tipo de investigación.

La siguiente investigación es de tipo descriptivo, ya que pretende medir de manera más bien independiente los conceptos o variables que se pretenden observar y describir en dicho estudio. Esto no es excluyente de que, ya recolectada esta información, se puedan integrar las mediciones de dichas variables para plantear el como se manifiesta el fenómeno de interés, sin recaer en especificar de qué manera se relacionan dichas variables. (Hernández Sampieri. 1991).

7.3-. Definición de las variables.

7.3.1-. Definiciones conceptuales.

- Conducta sexual: se refiere a la actividad sexual que sostienen dos personas, siendo como rasgo principal la acción penetrativa, tales como; la práctica penetrativa vaginal (sexo vaginal) y la práctica penetrativa anal (sexo anal). El cunnilingus y la fellatio, están consideradas bajo la categoría de sexo oral. (Ministerio de Salud del Gobierno de Chile, Comisión nacional del SIDA, 2000). Por otro lado se han de considerar también aquellas prácticas que también connotan un claro contenido sexual, tales como los besos, las caricias, la masturbación, entre otras. (Giraldo, 1988; Kinsey y colaboradores, 1953).

- Escasos recursos socio económicos: Postulamos acá dos posibilidades; estrato D; la educación promedio de 7,7 años en los jefes de hogar es típicamente Media incompleta. Los hogares de este estrato tienen un rango de ingresos de $200.000 a $300.000. Estrato E; la educación de los jefes de hogar es de 3,7 años promedio. El rango de ingresos por hogar es igual o menor a $160.000. (Adimark, 2002).

- Espacios simbólicos o transfuncionales; espacios que asumen funciones y las dotan de un carácter simbólico, estético, cultural e irreducible a la funcionalidad. (Lefebvre, 1971).

7.3.2-. Definiciones operacionales.

- Conducta sexual; prácticas sexuales más frecuentes en la muestra utilizada, obtenidas mediante el cuestionario de preguntas abiertas, considerando frecuentes, todas aquellas que se presenten en un 50% o más de la muestra.

- Escasos recursos socio económicos; se considerará a los individuos como parte de este grupo, en la medida en que formen parte de una institución escolar municipal.

- Espacios simbólicos o transfuncionales; espacios físicos más frecuentes de la muestra utilizada, asociados a la conducta sexual de manera simbólica, obtenidos mediante el cuestionario abierto y el focus group, considerando frecuentes, todas aquellas que se presenten en un 50% o mas de la muestra.

7.4-. Selección de la muestra.

7.4.1-. Población.

Estará constituida por todos los sujetos de 14 a 20 años de escasos recursos, pertenecientes a Santiago de Chile.

7.4.2-. Sujetos de estudio.

Los sujetos de estudio de la presente investigación, serán los adolescentes de 14 a 20 años de escasos recursos, pertenecientes a las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida.

7.4.3-. Tipo de muestra.

Es una muestra no probabilística, ya que en la selección de los sujetos de la población, éstos no tienen las mismas probabilidades de ser escogidos. Además tiene el carácter de ser por conveniencia, ya que ésta se configura a partir de aquellas personas que voluntariamente han accedido a participar. (Hernández Sampieri. 1991).

7.4.4-. Descripción de la muestra.

Se consideraron, para efectos de la investigación, cuatro colegios, cada uno perteneciente a las comunas ya señaladas, trabajando con un total de 249 sujetos.

7.4.5-.Métodos y técnicas de investigación.

Dadas las características del tema de la presente investigación, se realizarán procedimientos cualitativos y cuantitativos. En el primer caso, se realizarán focus group, conformados aproximadamente por 10 individuos cada grupo, siendo todos éstos conformados de la siguiente manera; el primer grupo estará compuesto por sujetos de distinto sexo, grupo perteneciente a un colegio mixto, el segundo, estará compuesto solo por mujeres, grupo perteneciente al colegio de mujeres, y por último, un grupo conformado solo por hombres, grupo perteneciente al colegio de hombres.

Dentro de la línea cualitativa, también se realizarán entrevistas en profundidad, utilizando a dos sujetos del colegio mixto (un hombre y una mujer), a una mujer del colegio de mujeres y a un hombre del colegio de hombres. En el caso de los procedimientos cuantitativos, se construirá un instrumento compuesto por preguntas abiertas y cerradas, y por una sección tipo Likert.

Es importante destacar, que los dos procedimientos utilizados tendrán por finalidad el recopilar información respecto de las conductas sexuales y las distintas prácticas asociadas, de la percepción por parte de los jóvenes de éstas y de los espacios simbólicos asociados.

Para efectos de una mayor comprensión de los instrumentos, se presentarán las variables que serán medidas y observadas, a saber:

- Sociedad y sexualidad: alude a la percepción que los jóvenes tienen respecto del cómo es que la sociedad los incluye o excluye respecto de la temática sexual, y a las valoraciones que ésta hace respecto de la sexualidad.

- Actitudes respecto de la sexualidad: alude a las actitudes que los jóvenes tienen respecto de la sexualidad, en tanto temática y práctica, es decir, en relación a lo que se sabe o dice, y hace respectivamente.

- Conductas sexuales en espacios públicos: alude principalmente a la percepción y valoración que los jóvenes tienen respecto de la realización de las distintas prácticas sexuales en lugares públicos (simbólicos asociados para efectos de la presente investigación).

- Influencia del colegio: alude al grado de incidencia que el colegio tendría respecto de la percepción, conocimiento y valoración de la sexualidad por parte de los jóvenes.

- Influencia de la familia: alude al grado de incidencia que la familia tendría respecto de la percepción, conocimiento y valoración de la sexualidad por parte de los jóvenes.

- Limitantes etarios: alude al grado de limitaciones, respecto de las posibilidades de vivir y practicar la sexualidad en los jóvenes, asociadas a la edad, al poder económico y a la dependencia.

8-. Análisis de resultados.

8.1-. Análisis Cuantitativos.

Como es posible observar en los resultados obtenidos de la muestra utilizada, la utilización de los espacios públicos para la realización de las distintas prácticas sexuales, no se constituye como un fenómeno aislado, ni tampoco poco representativo de la muestra (ni del universo en cuestión). Los resultados obtenidos en la presente investigación son mas variados de lo que la teoría pudo prever, y también superan las anticipaciones de los investigadores, por lo que se hace necesario el hacer alusión a las posibles explicaciones respecto de los resultados obtenidos y posteriormente dar cuenta de aquellos elementos que no están contenidos en la sección anterior, pero que resultan ser relevantes para comprender este fenómeno en una dimensión mas cercana a la real.

En un primer momento se hará una descripción general de la muestra, para luego hace alusión a los resultados respecto de las hipótesis planteadas, en cuanto a las explicaciones posibles de ofrecer para dar cuenta del por qué de su ocurrencia. Luego, se presentarán algunos resultados obtenidos que no estaban considerados en las hipótesis, pero que resulta de suma importancia develar.

8.1.1-. Descripción de la muestra.

La muestra que ha sido utilizada para efectos del análisis cuantitativo de la presenta investigación, está constituida por 215 sujetos, de los que un 56.6 % son hombres (111 sujetos) y el otro 48.6 % mujeres (104 sujetos). A continuación se presentarán algunos análisis generales, respecto de esta muestra, su constitución, su comportamiento respecto de los puntajes del instrumento aplicado y de algunos datos que se presentan en estricta relación con los objetivos de la presente.

Respecto de la distribución etaria de los sujetos de la muestra, es importante señalar que la edad mínima considerada será de 14 años, y la mayor de 19 años. Respecto de esto presentamos el siguiente cuadro que da cuenta de la distribución de las edades, sus frecuencias y sus respectivos porcentajes respecto de la muestra total.

En cuanto a la distribución por sexo, se señala que el 51.6 % de la muestra está constituida por sujetos de sexo masculino, mientras que el 48.4 % restante son sujetos de sexo femenino.

Respecto de la cantidad de sujetos en relación a los tipos de colegio, se recuerda que el criterio utilizado era el sexo de los alumnos, identificando así, un colegio de hombres, otro de mujeres y por último el mixto.

8.1.2-. Resultados.

En esta sección se dará respuesta a las hipótesis de la presente investigación, presentando aquellos datos que sirvan para su aceptación y rechazo.

Hipótesis general de investigación (1): “Los jóvenes de 14 a 20 años de escasos recursos de las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida, manifiestan una vida sexual activa que se lleva a cabo en espacios abiertos, no asociados tradicionalmente a este quehacer, pero atribuyéndoles, por parte de éstos, un significado simbólico asociado a la realización de estas prácticas.”

Primero que nada, es importante mencionar, que aproximadamente un 63.3 % de la muestra utilizada, señala el haber realizado distintas prácticas sexuales en espacios públicos, no asociados tradicionalmente a la realización de éstas, mientras que solo un 36.7 % señala el no haber realizado ningún tipo de prácticas. Siendo un poco más específicos, un 65.8 % de los hombres y un 60.6 % de las mujeres de la muestra, señalan el haber realizado al menos una de las prácticas sexuales consensuadas en espacios públicos o abiertos, mientras que un 34.2 % de los hombres y un 39.4 % de las mujeres de la muestra, señalan que nunca han realizado ningún tipo de práctica sexual en espacios públicos o abiertos.

Hipótesis general de investigación (2): “La elección, por parte de los jóvenes de 14 a 20 años de las comunas de la Reina, Ñuñoa, Macul y La Florida, de la utilización de estos espacios simbólicos asociados a la conducta sexual, se presenta en relación a sus circunstancias de escasos recursos socio económicos”.

Es necesario el realizar algunos comentarios antes de presentar los resultados de esta hipótesis. Cuando se plantea el término “elección” por parte de los jóvenes, se propone que a la base de la existencia de este tipo de prácticas en espacios públicos, habrían mas limitaciones que posibilidades respecto de los lugares en donde dicha manifestación se pueda llevar a cabo, ya que la condición de escasez de recursos se encontraría como condición privativa principal. Esta suposición se fundamenta en la revisión teórica, pero no en la práctica, ni en el desarrollo de la presente investigación. A continuación se presentará una breve descripción de los motivos y/o factores que los mismos adolescentes de la muestra señalan, respecto de la realización de prácticas sexuales en espacios públicos. Estos motivos serán presentados en orden de concurrencia, es decir, de los más señalados, a los menos señalados.

En primer lugar, factores meramente contextuales se consideran para la realización de estas prácticas, es decir, el carácter de improvisación y de posibilidades, son centrales, ya que en la medida en que se de una ocasión en la cual se puedan realizar prácticas sexuales, los sujetos simplemente tenderían a realizarlas. En este sentido, existiría un 74 % de la muestra general que señala estos factores contextuales (de “se dio la ocasión”) como la causa principal de la realización de estas prácticas. Por su parte, un 73 % de los hombres señalan este factor como la causa principal y un importante 82,7 % de las mujeres también lo hacen.

En segundo lugar, existiría, según lo indica la muestra, un cierto afán de curiosidad respecto de la experiencia de realización de prácticas sexuales en espacios públicos, el contexto, la diferencia a lo privado, etc. se constituyen como aspectos atractivos para los jóvenes a la hora de realizar distintas prácticas sexuales, y dicho atractivo y distintividad, provocaría una cierta curiosidad, siendo ésta, una causal importante para la realización de prácticas sexuales en espacios públicos. En este sentido, un 73 % de la muestra total señala a la curiosidad como un motivo para la realización de estas prácticas en lugares públicos, identificando un 67,6 % de los hombres y un 78,8 % de las mujeres que mantienen esta posición.

En tercer lugar, se presenta un fenómeno bastante particular como causal de la realización de estas prácticas en los espacios ya mencionados. Se da cuenta, por parte de la muestra, de la ausencia de lugares o espacios reconocidos por parte de la sociedad, para la realización de las prácticas sexuales, siendo en este caso, la “limitación de”, el motivo para la realización de prácticas sexuales en espacios públicos. Un 65,6 % de la muestra señala lo anterior. Un 61,3 % y un 70,2 % de hombres y mujeres respectivamente, señalan la ausencia de espacios reconocidos y destinados para la actividad sexual de los adolescentes.

En cuarto lugar, la muestra indica un fenómeno ya más personal como factor causal de la realización de prácticas sexuales en espacios públicos. La pasión, la excitación o la “calentura” en los términos de los sujetos de la muestra, también estaría vinculada a la realización de estas prácticas en espacios públicos. No se aludiría a la excitación típica de las prácticas, sino que mas bien a un apasionamiento, a un dejar correr las emociones, a un “estar muy, pero muy caliente”. En este sentido, un 65,1 % de la muestra general señala que la calentura también se constituye como un motivo importante para la realización de las prácticas sexuales en espacios públicos. Un 62,2 % de los hombres y un 68,3 % de las mujeres opinan en este miso sentido.

En quinto lugar, un elemento que pudiese estar en relación con el factor de la curiosidad, se constituye el deseo de tener nuevas experiencias, ya que el ir mas allá de la forma típica, común e “ideal” de llevar a cabo las prácticas sexuales en un lugar íntimo y privado, se configura como un elemento incitador de la realización de estas prácticas en espacios distintos, siendo éstos, públicos y abiertos. En este sentido, un 59,5 % de la muestra plantea que esta inquietud se relaciona con las prácticas sexuales en estos lugares. Un 59,5 % de los hombres y un 59,6 % de las mujeres, mantienen también esta opinión.

En sexto lugar, se presenta, por parte de la muestra un factor bastante llamativo, dadas las motivaciones tácitas que probablemente se podría interpretar. El riesgo implicado en la realización de estas prácticas en espacios públicos, sería, para un 58,1 % de la muestra total, un elemento atractivo de la realización de éstas, constituyéndose así como una de las causas identificadas. Un 58,6 % de los hombres y un 57,7 % de las mujeres opinan también en esta dirección.

En relación al riesgo planteado en el párrafo anterior, una séptima causa o motivación por parte de los jóvenes para llevar a cabo estas prácticas en espacios públicos, sería el de la adrenalina, asociada a la sensación de riesgo, apuro, temor e inseguridad. Un 54,9 % de la muestra total, estaría postularía esta sensación como uno de los factores identificados, presentándose un 49,5 % de los hombres y un 60,6 % de las mujeres que coincidirían en esta opinión.

Estos siete elementos considerados en los párrafos anteriores, como es posible observar, se presentan en mas del 50 % de los casos estudiados, y su escasa relación con los factores socio económicos no deja de llamar la atención. A continuación se presentarán los cuatro últimos factores identificados por una minoría de la muestra (menos del 50 % de los casos).

En octavo lugar, y probablemente en relación a los dos últimos factores mencionados, la sensación de considerar la realización de estas prácticas sexuales en espacios públicos como una “aventura”, se constituiría también como un elemento causal de éstas. Un 48,4 % de la muestra total así lo indica, existiendo un 52,3 % de los hombres y un 44,2 % de las mujeres que opinan también a favor respecto de este factor.

En noveno lugar, el alcohol y su consiguiente desinhibición, sería considerada un factor importante para la realización de prácticas sexuales en espacios públicos. El no preocuparse por los otros, o por el lugar, o por la situación o contexto, serían efectos, según la muestra, del consumo del alcohol. En este sentido, un 41,4 % de la muestra identifica lo anterior, mientras que un 39,6 % de los hombres y un 43,3 % de las mujeres también lo hacen.

En décimo y penúltimo lugar, siendo una característica más propia de la edad de los sujetos que de cualquier otro tipo de condicionantes, al menos según lo que señala la muestra, la rebeldía, por parte de los jóvenes, los llevaría a realizar distintas prácticas sexuales en espacios públicos. Un 30,2 % de la muestra así lo señala, existiendo un 27,9 % de los hombres y un 32,7 % de las mujeres que opinan en la misma dirección.

En onceavo y último lugar, un factor que presenta un porcentaje muy bajo, por lo cual no se considera ningún tipo de representatividad, es el que explica la realización de las prácticas sexuales en espacios públicos por el efecto del consumo de distintas drogas. Solo un 8,4 % de la muestra presenta esta opinión. Un 9 % de los hombres y un 7,7 % de las mujeres identifican también este elemento.

Tomando en cuenta todo lo anterior, no sería efectivo, el hecho de que la escasez de recursos socio económicos esté en estricta relación a la utilización, por parte de los jóvenes, de los espacios públicos para la realización de distintas prácticas sexuales. Al menos, dicho factor, no sería percibido por los individuos, ya que todos los factores que se señalan, no se presentan en relación a los factores socio económicos, sino que más bien a las características descritas de la edad de los sujetos.

Hipótesis específica de investigación (1): “Los espacios asociados a las prácticas de la conducta sexual presentarán características físicas similares, como el ser menos visibles, que favorezcan ciertas condiciones de “privacidad”, la ausencia de vigilancia, la historicidad (lugar tradicional de encuentro), la limpieza del lugar, etc.”.

En relación a esta hipótesis, la muestra identifica distintas características en relación a aquellas que en cierta medida condicionan la posibilidad de realizar o no las prácticas sexuales en espacios públicos. En relación a esto, antes de presentar la conclusión respecto de la hipótesis, se expondrán nuevamente de manera jerárquica aquellas características mencionadas por los alumnos.

Según la muestra utilizada, la oscuridad sería una de las características o condiciones fundamentales para la realización de las distintas prácticas en espacios públicos. Así lo señala un 87,7 % de la muestra total.

Por otra parte, la poca visibilidad y el ser un lugar aislado de la gente se constituyen como las segundas características buscadas por los jóvenes a la hora de realizar estas prácticas. Ambas características son identificadas por un 81,9 % de la muestra total.

Como tercer elemento, condición o característica, la muestra pretende encontrar lugares, que no cuenten con la presencia de vigilancia o autoridades. Así lo indica un 81,4 % de la muestra.

En cuarto lugar, la muestra señala algo que va mas allá de las características particulares de un lugar, indicando que cualquier lugar sería apto para la realización de las prácticas sexuales. En este sentido, existiría una asociación mas a los motivos que a las características, pero al ser relevado el lugar por sobre las motivaciones, es que dicha apreciación se considera en este lugar. En este sentido, un 66 % de la muestra indica esta independibilidad de las características físicas, afirmando que cualquier lugar es apto.

En quinto lugar, se plantea que además de las características recién mencionadas, la higiene del lugar ha de ser considerada, buscando, idealmente lugares limpios, bien cuidados, etc. un 60,5 % de la muestra releva esta característica.

En sexto y último lugar, representando a una minoría, se propone que la comodidad debe también ser ofrecida por los lugares públicos en los cuales se realizan estas prácticas. Un 35,8 % de la muestra busca esta característica en los lugares públicos para realizar prácticas sexuales.

En función de las características recién expuestas, sería efectivo el hecho de que pese a la condición de públicos que mantienen los lugares en los cuales se llevan a cabo las distintas prácticas sexuales, existiría una tendencia a propiciar la intimidad y la privacidad por parte de los jóvenes de la muestra.

Hipótesis específica de investigación (2): Los hombres presentarán una mayor cantidad de conductas sexuales que las mujeres, en estos espacios simbólicamente asociados.

En relación a los datos obtenidos y a la significancia obtenida respecto de la comparación por sexo de sujetos que han realizado prácticas sexuales en lugares públicos, no sería efectivo el hecho de que los hombres presentarán una mayor concurrencia que las mujeres respecto de la utilización de espacios públicos para la realización de prácticas sexuales, ya que como es posible observar un 65.8 % de los hombres han realizado prácticas sexuales en espacios públicos y un 60.6 % de las mujeres que las ha realizado.

8.1.3-. Análisis de resultados obtenidos en relación a las hipótesis de investigación.

Muchos de los motivos señalados por los sujetos de la muestra, respecto del por qué de la realización de las prácticas sexuales en espacios públicos, se plantean por una parte, sin relación estricta a la escasez de recursos, y por otra parte, en relación a las características propias de la edad, descritas en parte en la recopilación teórica de la presente. La necesidad de oposición a la norma, por parte de los adolescentes, no necesariamente ha de tener un sentido confrontacional, ya que puede ser concebido desde una necesidad de auto definición, de saber y comprender “quien soy y que soy capaz de hacer”.

El hecho de experimentar sensaciones fuertes, de correr riesgos, de dejarse llevar por las emociones, ese apasionamiento y sentido aventurero, no solo está descrito en la teoría como algunas de las características de los adolescentes, sino que también queda fielmente plasmada en los objetivos de la presente investigación.

Ahora, el hecho de proponer las características ya mencionadas, desde una óptica un tanto más analítica y crítica, no debe ser considerado como la explicación por preferencia respecto de la realización de estas prácticas. No se niega su clara incidencia, pero tampoco se propone su exclusividad. En este sentido, un cierto cuestionamiento del término “elección” toma relevancia. Es posible plantear, que la ocurrencia de este tipo de actos, se sustenta y hace posible gracias a las emociones y motivaciones que los sujetos señalan, independientemente de su jerarquía, pero esta posibilidad debe ser entendida en el sentido de que al no estar presentes estas motivaciones, la realización de las prácticas sexuales en espacios públicos no tendría razón de ser. Cuesta concebir la realización de cualquier práctica sexual sin la presencia de un cierto estado de excitación, o de un contexto (no necesariamente físico) que no presente las claves que así lo sugiera, como lo sería la presencia de alguna pareja, o de algún otro interesado.

El tema a relevar, al menos desde el punto de vista de los autores, es que ya presentes las motivaciones descritas, los jóvenes no cuentan realmente con la capacidad de “elección”, ya que ni los tiempos, ni los espacios existen para los adolescentes a la hora de realizar alguna práctica sexual, al menos no socialmente aceptados. Las posibilidades de llevar a cabo estas prácticas en un ambiente propicio (privado según lo describen los sujetos), son mas bien la excepción a la regla, que el común de los casos. La elección por parte de estos jóvenes, ha de ser entendida como la realización o no de las prácticas sexuales en lugares públicos, pero el lugar, en la mayoría de los casos no es una elección, ya que la mayoría no presenta una amplia gama de posibilidades respecto del donde podría llevar a cabo su vida sexual.

La ausencia de espacios reconocidos, ha de ser considerada en este sentido, ya que sirve de explicación a la hora de tratar de comprender el por qué de los lugares públicos como lugares de encuentro sexual para los adolescentes, no así el por qué de la realización de estas prácticas, ya que estas explicaciones han sido claramente ofrecidas y descritas por los adolescentes.

Se destaca también, en relación a las consideraciones anteriores, un fenómeno bastante particular, que no siempre es recalcado ni observado por los sujetos. El hecho de que la totalidad de las características que se pretenden de los espacios “públicos” como para ser considerados a la hora de realizar alguna práctica sexual, se presentan mas bien como características de los espacios “privados”, buscando así la intimidad y la privacidad predefinida por estos sujetos a la hora de realizar estas prácticas.

Lo anterior sirve no solo de antecedente para lo propuesto en este análisis, sino que mas bien sustenta su postulación, ya que en lo que a “elección” se pretende, lo ideal sería un espació privado propiamente tal, pero dada la inaccesibilidad de éstos por parte de los adolescentes, lo privado y lo íntimo se busca en los espacios públicos.

8.1.2-. Análisis de otros resultados.

Se destaca en esta sección, la presencia de ciertos resultados que presentan gran relevancia a la hora de comprender y describir el fenómeno de la realización de las prácticas en los espacios públicos por parte de los adolescentes.

En cuanto a la realización y concepción de las prácticas sexuales.

En primer lugar, se destaca la edad de iniciación sexual (pérdida de la virginidad exclusivamente) media de los sujetos de la muestra, asumiendo obviamente una cierta generalización al universo presupuesto. En el caso de los hombres, aproximadamente a los 15 años se ubicaría la edad de iniciación sexual, mientras que en el caso de las mujeres, la edad sería aproximadamente a los 14 años. En lo que respecta a las prácticas mismas, es posible presentar los siguientes datos:

- Las caricias serían las prácticas mas realizadas por la muestra, habiendo un 84,2 % del total que señala el haber realizado esta práctica. En ese sentido, un 85,6 % de los hombres de la muestra señala el haberlas realizado, mientras que un 82,7 % de las mujeres las ha realizado.

- La masturbación en general, la segunda práctica más realizada por la muestra, existiendo un 75,8 % de ésta que lo ha practicado. Llama la atención en este caso, la gran diferencia que existe entre hombres y mujeres, en donde un 91,9 % de los hombres mantiene esta práctica y un 58,7 % de las mujeres la ha practicado. Por lo general, la práctica de la masturbación en las mujeres, suele presentar una cierta connotación negativa por parte de la muestra, valoraciones que se presentan tanto en hombres como mujeres.

Las dos prácticas recién mencionadas, se presentan tanto en adolescentes iniciados sexualmente y también en los que no, siendo de las prácticas mas frecuentes también en los espacios públicos, pero claro está, no exclusivas.

- De los sujetos iniciados sexualmente, el sexo vaginal y oral, son las mas frecuentes, habiendo realizado un 52,1 % de la muestra las primeras y un 43,3 % de la muestra las segundas. Se destaca la inversión en cuanto a frecuencia de realización en los espacios públicos, ya que el sexo oral es mas frecuente que el vaginal en el contexto ya descrito.

- Por último, solo un 14,9 % de la muestra señala el haber practicado sexo anal, existiendo aquí una amplia gama de valores y juicios asociados a su realización. Desde la higiene hasta la “normalidad” son argumentos presentados para su no realización.

Estas distinciones toman relevancia a la hora de considerar las actitudes de los jóvenes respecto de las prácticas sexuales y de la sexualidad en general. Recordemos que el puntaje observado respecto esta dimensión, ha sido considerado alto, por lo que sería posible suponer una buena apreciación respecto de estas prácticas, lo cual, en un ámbito mas descriptivo, si bien ocurre en un plano general, presenta varias excepciones.

En cuanto a las prácticas y motivos, según los tipos de colegios.

Se recuerda en este punto, que los criterios para la clasificación de los colegios, son el sexo de los alumnos, en donde encontramos un colegio mixto, uno de hombres y otro de mujeres. Toma relevancia el considerar una clasificación de los colegios, ya que ciertas semejanzas y diferencias se hacen evidentes en cuanto a la realización de las prácticas sexuales en espacios públicos y los motivos que éstos ofrecen, como así también la actitud que éstos presentan respecto de la sexualidad y de la incidencia de las instituciones educativas de las que forman parte.

Desde las observaciones realizadas por los investigadores, a la hora de realizar las distintas evaluaciones en los establecimientos educativos, es importante destacar, antes de presentar los datos, el hecho de que el colegio mixto, a ojos de los tres establecimientos, sería un fiel reflejo de la sociedad, ya que tanto el colegio de hombres, como el de mujeres, señalan que la interacción cotidiana que ahí experimentan, nada tiene que ver con la vida, o con la “realidad”. En lo que respectaría al comportamiento sexual, es posible observar la misma apreciación.

El colegio mixto, presentaría el más alto porcentaje de alumnos que han realizado prácticas sexuales en espacios públicos (72,7 %). En cuanto a los motivos que éstos identifican (comunes en los tres colegios), los mas relevantes serían el de la curiosidad y las ganas de experimentar nuevas sensaciones, luego aquel que se basa en el contexto, afirmando que el hecho de que se de la ocasión para realizar estas prácticas, sería motivo suficiente para su realización, en tercer lugar se señala la calentura y excitación, y por último la crítica y cuestionamiento a la ausencia de espacios socialmente reconocidos para la realización de estas prácticas por parte de los jóvenes.

El colegio de hombres, presentaría el segundo porcentaje más alto en cuanto a la realización de prácticas sexuales en espacios públicos (63,5 %). Respecto de los motivos que éstos identifican, el principal, al igual que en el caso del colegio mixto, sería el de la curiosidad y las ganas de experimentar nuevas sensaciones, el hecho de experimentar nuevas cosas, de realizar distinciones en cuanto a la experiencia, etc. se constituye como el segundo motivo mas aludido. En último lugar, existiría la coincidencia de varios motivos identificados por estos alumnos, en donde se destaca la inexistencia de lugares reconocidos socialmente para la realización de las prácticas sexuales por parte de los jóvenes, la calentura y excitación, también es un motivo al cual se alude por este grupo, y los factores contextuales, en los que se de la posibilidad de realización son el otro factor mencionado.

El colegio de mujeres presenta la más baja frecuencia de recurrencia de los espacios públicos para la realización de las prácticas sexuales (54,7 %). En este grupo, los factores contextuales serían los mas frecuentes, asumiendo que éstas, en su mayoría, accederían a la realización de estas prácticas en los espacios ya mencionados, en la medida en que la posibilidad de realización sea evidente. La curiosidad sería el segundo motivo mas frecuentado. En tercer lugar, la inexistencia de espacios reconocidos, sería una queja y crítica frecuente, que su vez justificaría, según este grupo, la realización de las prácticas sexuales en los espacios públicos. En último lugar, la calentura y la excitación explicarían la ocurrencia de estas prácticas en los lugares públicos.

Se observa así, que indistintamente del colegio al cual se haga alusión, existirían motivos relativamente consensuados, lo cual releva la importancia, como ya fue mencionado, no solo las características propias de la edad, sino que también las limitaciones que la sociedad les impone en cuanto a sus posibilidades de vivir plenamente su sexualidad.

Se destaca ahora, en términos de las diferencias observadas, la relación que existiría entre el tipo de colegio al que los sujetos pertenecen, y los valores referidos a las actitudes respecto de la sexualidad y a la influencia de los colegios.

En lo que respecta a las actitudes respecto de las prácticas sexuales y de la sexualidad en general, es posible plantear que el colegio mixto, presenta una devaluación mayor que los otros dos colegios respecto de este tema. Lo anterior resulta en términos comparativos, ya que si bien presenta una tendencia a una percepción positiva, presenta también gran variabilidad de los puntajes, lo cual quiere decir que habría gran distancia entre la mayoría de los puntajes respecto de la media. Los colegios de hombres y mujeres se presentan relativamente parecidos, existiendo una leve supremacía en cuanto a la buena valoración de la sexualidad en comparación al grupo de las mujeres.

La influencia que los colegios debiesen tener en los alumnos, respecto de los alumnos y su valoración de la sexualidad y de sus prácticas asociadas, y en el cómo enfrentan y llevan su vida sexual, es reconocida por todos los colegios, pero los índices de inefectividad varían de manera evidente. El colegio de hombres, resulta ser el peor evaluado en cuanto a su forma de enfrentar el tema de la sexualidad, luego, el colegio mixto, igualmente mal evaluado, pero ubicado en un punto intermedio. Por último, reconociendo una efectividad mayor (o inefectividad menor) estaría el colegio de mujeres.

Respecto de los riesgos y precauciones asociadas a la realización de prácticas sexuales en espacios públicos.

En último lugar, se pretende describir aquellos elementos que los jóvenes de la muestra han identificado como “riesgos” y “precauciones”, en cuanto a la realización de las prácticas sexuales en espacios públicos.

En lo que respecta a los riesgos, el cual al que los alumnos hacen mas alusión, es al de ser descubiertos, ya que pese a las distintas justificaciones que éstos presentan para la realización de dichas prácticas, la sociedad. Aparentemente ha de presentar una postura bastante inflexible ante la sexualidad y sus prácticas que pudiesen ser consideradas “amorales”. Este juicio por parte de los otros, y el ser descubierto en la intimidad, se constituye como el riesgo mas aludido.

El segundo riesgo mas concurrido por parte de los jóvenes, es el de la posibilidad de contraer algún tipo de infección o enfermedad, al estar en un espacio público. Ocurre un fenómeno bastante particular en este caso, ya que un gran porcentaje de la muestra que hace alusión a la presencia de este riesgo, desplaza la preocupación por el otro y su integridad a un segundo plano, y la propia integridad física, respecto de las infecciones y las enfermedades se ubica como primera preocupación.

Por otro lado, la consecuente represión por parte de la sociedad al ser castigados por parte de ésta, se constituye como el tercer riesgo mas aludido. El irse presos o detenidos en el riesgo al cual se hace referencia en este sentido. Este tipo de riesgos, presentan la posibilidad de realizar una lectura un tanto mas analítica, ya que pese a las distintas justificaciones que los sujetos presentan respecto de la realización de prácticas sexuales en los espacios públicos, siempre se tiene a la base la conciencia de una cierta ilicitud, lo cual se explicita en este tipo de afirmaciones. La concurrencia a este comportamiento y este vierto carácter ilícito percibido por los mismos jóvenes, los pondría en una situación de marginalidad respecto de la norma, lo que de por sí, los ubica en una clara situación de exclusión.

El riesgo de ser asaltados y/o transgredidos, dadas las condiciones de aislamiento y oscuridad, entre otras, se constituye también en un riesgo evidente a la hora de realizar este tipo de prácticas. Este último, es referido de manera bastante crítica por los sujetos, y se presenta en estrecha relación a la crítica de la ausencia de espacios reconocidos para que éstos puedan vivir plenamente su sexualidad.

En lo que se refiere a las precauciones que éstos podrían tomar, la gran mayoría se constituye como respuesta o solución a los riesgos recién mencionados, creando y logrando así, una cierta sensación de seguridad por parte de los jóvenes a la hora de realizar estas prácticas.

La precaución mas referida por los sujetos de la muestra, indistintamente del sexo de éstos, sería el uso de preservativos, planteando que éstos tendrían una doble utilidad. Por un lado disminuyen la posibilidad de un embarazo no deseado, y por otro, disminuyen también la posibilidad de contraer alguna infección o enfermedad. Se destaca en este sentido, que la utilización de preservativos, específicamente los condones, se constituyen como una prevención ante el “otro”, ya que dado el contexto casual al cual se asocian estas realizaciones, por lo general no se sabe del todo quien es ese otro, como ha sido su pasado, ni con quienes o cuantos se han mantenido distintas prácticas sexuales.

El asegurarse de la ausencia de vigilancia, y el esconderse bien, identificando los espacios que mas cumplan con las características de privacidad y aislamiento mencionadas, se constituyen como otras de las precauciones realizadas y referidas por los individuos, ya que tanto la represión social, como la familiar, son eliminadas al tomar estos cuidados. En este sentido, se evita la invasión a la privacidad construida por los alumnos, y el consecuente castigo que pudiese estar asociado a la realización de estas prácticas.

8.2-. Análisis Cualitativo.

Esta sección se dividirá en dos grandes partes; la primera que consistirá en realizar el análisis interpretativo de los datos a través de la identificación de los códigos y del discurso, y la segunda parte consistirá en la interpretación teórica o análisis global de la información recolectada.

8.2.1-. Análisis de identificación de códigos y del discurso.

El análisis de interpretación de los datos será realizado a través de la identificación de los códigos que se expresan a través de los datos obtenidos, para luego identificar el “discurso” que articule los códigos encontrados en los datos obtenidos. Se entenderá por discurso al eje común que articula los distintos significados o categorías que han sido identificadas en la información recolectada en los distintos colegios que formaron parte de la muestra.

8.2.1.1-. Identificación de códigos.

A fin de lograr identificar los códigos existentes en los datos obtenidos a través de los cuales se va moviendo el discurso, se realizará un análisis de interpretación de cada una de las dimensiones utilizadas durante el desarrollo de la investigación, a modo de abarcar así todas las áreas de análisis y de interés para la presente. Cada dimensión analizada, será representada por medio de una frase, que se relacionará e identificará con la visión y significado que le atribuyan los adolescentes a dicha temática. Finalmente, se precederá a identificar los códigos que se expresan a través del discurso de los jóvenes.

Las dimensiones a utilizar para el respectivo análisis interpretativo, se constituyen como las mismas categorías temáticas del análisis de contenido, siendo éstas las siguientes:

Sexualidad y sociedad; "existe, pero no se asume".

Ante el código identificado como "sexualidad y sociedad" es relevante el hecho de la existencia de un consenso por parte de los alumnos que pertenecen a la muestra, acerca de la escasa aceptación que se observa ante el tema de la sexualidad en los jóvenes por parte de la sociedad. Sin embargo, a pesar de la baja aceptación que ésta presenta, es un fenómeno existente en la sociedad, que se encuentra cada vez más latente, hasta llegar al punto de empezar a hacerse manifiesto.

Se plantea una necesidad de libertad de expresión por parte de los jóvenes ante la sociedad, aludiendo a que es un tema que debe ser tratado por lo que es, y no por lo que le conviene a la sociedad. Esto da cuenta de una no validación de los jóvenes dentro de la sociedad, a la hora de manifestar una realidad existente y de considerable relevancia para ellos como sujetos en desarrollo, pero no tanto así, al parecer, de la sociedad en que están inmersos.

Prácticas sexuales; "se realizan, pero no se validan".

Es sabido, y reafirmado por los sujetos de la muestra, el hecho de que los jóvenes están realizando diversas prácticas sexuales, que difieren en cuanto al grado de intimidad que involucra a la pareja y que se realizan, ya sea con una pareja estable o con diversas parejas casuales, y que es una situación existente dentro de la sociedad actual, pero que no se toma en cuenta por parte de esta, y en vez de asumirla como un fenómeno natural en la vida de los adolescentes, tiende a omitirse y a no validarse como una realidad relevante y existente a nivel de sociedad, invalidando a los jóvenes en la realización de estas, ya que se constituyen como prácticas validas para otro tipo de personas que ya ha pasado la mayoría de edad, o están siendo abarcadas como el medio de procreación de la especie humana, invalidándolos como seres sexuados capaces de enfrentarse a dichas prácticas de manera responsable, y negándose a la sexualidad como un fenómeno de conocimiento personal y de goce.

Es de esta manera, en que se deja a los jóvenes en una situación de vacío e incertidumbre, ya que es una situación que viven a diario, pero que no tiene la posibilidad de sentirse confirmados por el medio respecto de su conducta y de las prácticas específicas que este realiza.

Espacios públicos; "la no existencia de lugares reconocidos para vivir la sexualidad".

Frente a la temática de los espacios públicos, este es un tema que torna absoluta relevancia para la presente investigación, ya que la inexistencia de lugares o espacios físicos, reconocidos a nivel de la sociedad, para que los jóvenes puedan desarrollar su sexualidad y sus prácticas, de una manera que esté validada socialmente , implica el que las estrategias desarrolladas por los jóvenes para poder desarrollar las prácticas sexuales, van a escapar siempre de lo esperado por parte de la sociedad. Esta situación es de relevancia, ya que se da cuenta de una paradoja existente a nivel de la sociedad, que sitúa a los adolescentes en una posición en que se asume que el desarrollo sexual de todo ser humano se concentra en esta etapa del desarrollo sexual, pero no se le entrega al sujeto la posibilidad de acceso a espacios físicos que le permitan desarrollar de manera completa y armoniosa dicho ámbito de sus vidas, lo que los lleva a caer en un camino alejado de lo que se considera normal dentro de la sociedad.

Esta situación, es comprensible que deje a los adolescentes en una postura ante la vida caracterizada por la incertidumbre y por la sensación de tener poca relevancia dentro de la sociedad, ya que no se le considera como determinante en los cambios, o potenciales cambios que puedan mejorar las condiciones en que viven los adolescentes la temática de la sexualidad.

Contexto escolar; "la no satisfacción de las necesidades de información y conocimiento relevante".

Dentro del contexto en que se desenvuelven las instituciones educativas, es de vital importancia el enfocar todas y cada una de las actividades orientadas a este tipo de temas, siguiendo y respetando los intereses, las inquietudes, las dudas, etc. de los alumnos. Es importante considerar aquí, que las temáticas que hacen relación con la sexualidad y las prácticas sexuales, no han de ser consideradas como un tema desconectado de la vida de los sujetos, ya que se presenta de manera evidente, el hecho de que éstas se constituyen como un pilar fundamental, no solo de los adolescentes, sino que de todos y cada uno de los individuos.

Es necesario promover, por parte de las instituciones educativas, el interés y la preocupación respecto de qué es lo que los jóvenes hoy en día necesitan saber, sin solo considerar las variables socio culturales, sino que también aquellas inquietudes pertenecientes al alumno, pasando por las mas básicas, hasta llegar a las mas complejas y elaboradas, reaccionando frente a éstas siempre con un lenguaje normal, cotidiano y entendible, evitando así el caer en tecnicismos que no son de utilidad ni relevancia para la vida de los alumnos.

Al darse cuenta el aluno, de que tanto sus inquietudes como sus necesidades, no están siendo ni escuchadas no satisfechas, surge en él una suerte de incertidumbre e inadecuación, ya que se concibe como un imposible el formar parte de un lugar, o una institución, manteniendo de manera constante una sensación de no ser considerado a la hora de definir aquello que es importante para su propia vida y formación personal.

Contexto familiar; “…al no sentirse contenidos ni apoyados…”.

Si hubiese que definir a la familia, desde un mero enfoque teórico, desde un primer momento sería posible plantear que una de sus funciones y responsabilidades mas básicas, pero también mas importantes, es la de guiar y acompañar a los hijos en el curso y desarrollo de su propia vida, entregándoles desde siempre aquellas herramientas y estrategias que les sean de utilidad para poder desenvolverse de la manera lo menos dificultosa posible en el mundo actual. Estas herramientas debieran de abarcar todas las dimensiones constitutivas de “lo humano”, dándole vital importancia a cada una de las demandas propias de la edad. Si se considera la adolescencia, una etapa del desarrollo humano, caracterizada por sus cambios e irregularidades, inquietudes e intereses y también definiciones de uno mismo, es posible suponer, que la temática sexual juega un rol determinante en la definición y concepción que el sujeto haga y tenga de sí mismo.

Tomando en cuenta lo anterior, es posible suponer que cuando la familia, en vez de preocuparse por entregarle a los hijos aquellas herramientas que ellos mismos requieren para enfrentarse a las dificultades de la vida, y tratan de imponerle a sus hijos, sus propios estilos de vida, el adolescente siente que sus intereses están siendo postergados por los de los padres. Este tipo de dinámicas, por lo general culminan con una pérdida de la sinceridad, por lo que la familia, por parte del adolescente, poco a poco va a dejar de ser sentida y entendida como aquél lugar en el cual sus necesidades puedan tener acogida.

Siendo así la familia el núcleo central y más básico de la sociedad, al verse el adolescente “fuera de ésta”, presenta una cierta incertidumbre respecto de cosas que en teoría, debiera encontrar orientación y refugio, creando así distancias cada vez mas grandes y acortando cada vez mas también las posibilidades de lograr establecer algún tipo de comunicación verdadera con ésta.

Es posible identificar por medio de las frases recién expuestas y que reflejan la significación atribuida por parte de los adolescentes a dichas temáticas, que se constituyen como ámbitos de relevancia para los sujeto (a saber, la sociedad misma, las prácticas que ellos realizan, los espacios a los que deben recurrir, las familias y las escuelas), que los códigos que se reflejan y se dejan a la luz a través del discurso que los sujetos expresan, se mueven en torno a los conceptos de “exclusión – inclusión”.

Estos códigos se perciben al notar que los jóvenes manifiestan el deseo de pertenecer y ser considerados como parte de la sociedad en la que están inmersos (código de inclusión), ya que en todas las dimensiones, se refieren a como deberían ser las cosas, y este “deber ser y hacer” se expresa la necesidad de ser considerado como un sujeto perteneciente a la sociedad y con derechos.

Así también, es posible identificar el código de exclusión, al referirse los jóvenes al hecho de sentirse como sujetos sin cabida y sin los espacios reales para tomar decisiones, y que además, éstas decisiones rara vez llegan a ser consideras por los adultos y por la sociedad en general. Así es como los jóvenes expresan la realidad en la que les toca vivir, un lugar donde no son actores de sus vidas, ya que dependen en todo momento de la sociedad o de los padres, no teniendo cabida en el mundo de éstos.

8.2.1.2-. Identificación del discurso.

Tomando en cuenta las descripciones de los códigos presentes en la sección anterior, es posible establecer un cierto tipo de patrón común respecto de la posición y condición del adolescente en cada uno de los contextos mencionados.

Destacando que toda la información utilizada es la obtenida por medio del discurso de los sujetos (adolescentes), es posible proponer que el eje que articula las distintas temáticas abarcadas se sitúa en la “condición del adolescente” como un “ser excluido e invalidado por el entorno que lo rodea”. Esta suerte de invalidación, se constituye así como una clara limitación para las posibilidades que presentaría el sujeto para modificar y controlar aquellos aspectos del ambiente que no le resultan agradables, pero tampoco contaría con las estrategias para mantener aquello que le hace bien. Todo esto es leído por el adolescente, como una condición de inadecuación al entrono, en donde la sensación de no encajar claramente en ninguno de sus ambientes potenciales lo hace verse sumiso en un aire de incertidumbre e indecisión respecto de cuales son sus mejores posibilidades de acción.

Esta sensación constante de no contar con los espacios para lograr desarrollarse como jóvenes y la necesidad de inclusión por parte del adolescente, se hace evidente en el discurso expresado del cómo es que debiesen ser las cosas, ya que en éste, el joven se ve incorporado, validado y respetado por su condición de ser humano, en donde se le escucha y toma en cuenta, no solo para decidir respecto de cosas puntales y momentáneas, sino que también para intervenir de manera activa en el cómo es que el sujeto quiere guiar su futuro.

Queda claro entonces, que los aspectos estructurales del discurso que presenta el adolescente, se constituyen y mantienen por una constante sensación de invalidación y de exclusión de sus contextos mas próximos, sintiéndose desplazado y no considerado como sujeto digno de derecho, sabiduría y respeto por parte de los mayores, quitándole así hasta la posibilidad de decidir que es lo que él cree mejor para su propia vida. De esta manera, el sujeto queda en la condición de un “ser excluido” de la sociedad, por el solo hecho de ser un adolescente, que se encuentra en la transición de niño a adulto, pero que todavía no se constituye como ninguno.

8.2.2-. Interpretación teórica.

Se iniciará la presente interpretación con una cita del autor Octavio Giraldo (1988), en la cual se presentan gran parte de los aspectos estudiados por la presente investigación. Cabe destacar que el párrafo que se presentará a continuación, fue utilizado también en la revisión teórica de la presente, lo cual solo ha de servir como referencia de la perfectibilidad de la investigación, en tanto la correspondencia de lo observado prácticamente, y lo señalado de manera a priori en el marco teórico.

En su ansia por liberarse de la supervisión de los padres y de los adultos, algunos adolescentes ven en el sexo un medio de demostrar su aptitud para tomar decisiones propias y de presentar cara a la escala de valores de la otra generación. Pero la conquista de esa libertad no es tarea fácil, ya que los adolescentes adquieren de un modo u otro un considerable legado sexual de sus mayores y de la generación correspondiente en el que se incluyen pautas discriminatorias hacia el sexo femenino y un intenso sentimiento de culpabilidad sexual. Han cambiado antes las actitudes que la conducta, puesto que hoy está muy extendida la idea de igualdad entre ambos sexos No obstante, perdura en ciertos aspectos el criterio de la superioridad del varón. Aún se espera que sea éste el que tome la iniciativa sexual, y si es la mujer la que lo hace, lo más probable es que se le atribuya alguna connotación negativa. Los adolescentes no se han desembarazado de todo vestigio de problemas sexuales, mala información y desconcierto en materia de sexualidad; más bien parece que hayan sustituido determinados problemas por otro contingente de dificultades. (Octavio Giraldo, 1988).

Como es posible observar, muchas de las dimensiones abarcadas y de los fenómenos observados, tienen correspondencia con una idea central presente en la teoría, la cual se constituiría como base transversal que daría cuenta no solo de los resultados, sino que también de la naturaleza del discurso identificado, esta idea, corresponde a la adolescencia.

Esta etapa de transición, no solo busca la concepción de una definición del sí mismo por parte del individuo, sino que también lo pone en relación con todo un conjunto de contextos culturales y sub contextos de este gran contexto. El sujeto, definido a sí mismo, se enfrenta de determinada manera a su contexto (o contextos), pero de estar dicha definición en proceso, la imposibilidad de calzar con otro se hace evidente, es mas, la imposibilidad de calzar en grupos normados y regulados por normas socio culturales se hace también evidente.

Las inquietudes sexuales, como bien lo señalaba el autor O. Giraldo, se han de constituir como una herramienta de confrontación ante un medio ambiguo y hostil, características que obviamente dependen del sujeto indefinido y no del medio que se pone ante sus ojos.

El legitimar ciertas prácticas sexuales, o la ritualización de éstas, puede ser concebida como una estrategia más, para ver o evaluar que de aquello que surge como resultado tiene relación con el hombre (o mujer) en el cual estoy a punto de convertirme.

La oposición a la norma, se constituye así como un proceso de diferenciación, entre aquello que tiene más o menos sentido, o aquello que tiene más o menos repercusiones sociales para el individuo. La exposición a situaciones amenazantes, ambiguas, “distintas”, etc. se constituye como parte del diario vivir del individuo, ya que son estas emociones, aquellas de gran intensidad, las que someten a prueba su resistencia ante este mundo que no le da acogida.

9-. Conclusiones.

En relación a los objetivos planteados en la presente investigación, es adecuado el considerar el que estos han logrado ser abarcados de manera exitosa por parte de los investigadores.

Respecto de las diferencias existentes entre los jóvenes, pertenecientes a la muestra seleccionada, respecto de la significación de la experiencia asociada a la realización de la conducta sexual en los espacios públicos, según el sexo, es posible el afirmar que en cuanto al sexo masculino, perciben y significan dicha experiencia de una manera más positiva y aceptada en relación al sexo femenino.

Esta diferencia es explicada por parte de los adolescentes que participaron en la muestra, aludiendo a que las mujeres presentan una mayor sensibilidad hacia el tema de la sexualidad, esperando a partir de ésta, una relación basada en la confianza y en la entrega mutua. Es necesario el destacar, que esta actitud la presentan la mayoría de las alumnas que participaron en la muestra, pero que no necesariamente es una actitud expresada y manifestada por todas.

En cuanto a la situación con el sexo masculino, se alude básicamente a que para ellos, el tema de la sexualidad está muy relacionada con una actitud machista ante el tema, ya que es indispensable, a ojos de los alumnos, el demostrarle al grupo de pares lo que han alcanzado o logrado realizar en materia sexual.

El hecho de realizar estas practicas sexuales en espacio públicos, que no son reconocidos socialmente, se explican y se justifican por parte de los jóvenes, por el hecho de no contar con el acceso ha espacios que estén relacionados de manera legitima con las practicas sexuales, y la sexualidad en general. De esta manera, tanto hombres como mujeres, justifican la concurrencia a estos espacios para poder satisfacer determinadas necesidades de carácter sexual.

Sin embargo, es considerable la diferenciación realizada por parte de los alumnos hombres, respecto de que no es muy adecuado ir con la pareja a estos espacios públicos, pero que la situación no sería tan problemática, si la pareja fuese casual, lo que implica un menor grado de relación e intimidad entre ellos, y así mismo, un menos compromiso.

Respecto a esta misma situación, los adolescentes, tanto hombres como mujeres, señalan que tiene una preferencia, para relacionarse de manera intima y a la hora de realizar las practicas sexuales, de establecerse con una pareja estable más que casual.

Así también, es posible el dar cuenta de la significación atribuida por parte de los adolescentes, a la realización de las practicas sexuales en espacios públicos, en relación al carácter ilícito que este presenta, aludiendo de esta manera a que es una situación que tiende a no percibirse con un carácter ilícito, ya que se presenta una justificación de dicha conducta al plantear la inexistencia de lugares reconocidos a nivel social, por lo que se plantea que ante la escasez, no queda otra alternativa de solución.

Es de suma importancia y relevancia el destacar las diferencias existentes en cuanto a la significación de la realización de dichas conductas en espacios públicos, dependiendo del tipo de colegio, ya que manifiestan una gran variabilidad respecto al como abarcan y significan la temática de la sexualidad y de las parejas sexuales, pero es de relevancia el destacar, que el los tres tipos de colegio, se presenta una gran aceptación a la realización de las practicas sexuales en espacios públicos, debido a que no tienen el acceso ni la posibilidad de asistir a otros lugares, ya sea por diversos motivos, como lo puede llegar a ser la escasez de recursos económicos, la dependencia hacia los padres, entre otras.

Respecto a la relevancia teórica, cabe destacar el que esta investigación se ha constituido abarcando diversos ámbitos de la vida del los adolescentes, considerándolo de antemano, como un ser bio psico social. Es así que al abarcar variables tales como la sexualidad, la adolescencia y las representaciones sociales que los jóvenes realizan ante determinadas situaciones que los involucran, van a influir de manera considerable en la significación personal del sujeto.

Al abarcar al sujeto desde su etapa del desarrollo en que se encuentra situado, es posible el plantearlo como un fenómeno de carácter social, físico y también así, psicológico que, involucrando varios cambios en dichos niveles.

Respecto de la relevancia metodológica, es preciso el destacar, que la finalidad de esta investigación, ha sido la de brindar un sustento teórico a futuras investigaciones que se relacionen con la temática aquí expuesta, debido a la gran magnitud del tema como fenómeno social que está presente en la vida de los adolescentes.

Debido a la inmensidad de ámbitos que involucra la temática recién abarcada, no es posible el plantear una mejora radical en cuanto a los impactos que la presente investigación pudiese llegar a provocar, respecto a las deficiencias recién expuestas, ya que implicaría un cambio a nivel de sociedad, lo cual implicaría una mayor difusión de los contenidos que se hallan aquí presentes. Es por esto, es que se considera de suma relevancia, a nivel práctico, lo que esta investigación puede llegar a provocar, en términos de impacto, al ser tomados en serio los resultados obtenidos, por parte de las instituciones educativas, ya que estas son las que tiene una mayor cercanía a los alumnos y a la información obtenida por parte de los alumnos.

La información obtenida y analizada, le permitirá a los colegios abarcar de una manera más realista y cercana a los adolescentes y alumnos de su establecimiento, las temáticas consideradas por ellos mismos de suma relevancia en sus vidas. Cabe mencionar que en los alumnos, estaba presenta la sensación de no ser contenidos en cuanto a sus dudas y necesidades en términos de sexualidad, por lo que ésta investigación puede influir en el como abarcar y crear estrategias, por parte de los colegios, para acercarse a los alumnos y satisfacer así sus necesidades de carácter informativo.

De esta manera, el colegio se encontrará capacitado para asesorar a los padres de los alumnos, respecto de la temática recién expuesta, ya que los alumnos coincidían en que al igual que los colegios, las familias abarcaban la temática de manera deficiente, no considerándolos como sujetos que se encuentran en un proceso natural de su desarrollo, y que por lo tanto, necesitan respeto y apoyo de sus familias.

De esta manera, a través de las instituciones educativas, es posible el generar cambios para crear la posibilidad de abarcar las necesidades de los adolescentes y crear instancias para que tanto a nivel de colegio, como de alumnos y apoderados, el tema de la sexualidad adolescente sea tratado abiertamente, sin sesgos ni prejuicios, respetando los derechos de los jóvenes y sobre todo, respetándolos por ser individuos autónomos y con la capacidad opinar y tomar decisiones respecto de su propia vida, así como cualquier otro ser humano.

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1 comentario:

BELMAR dijo...

muy interesante!